Por eso me resultó tan difícil poder mirarte a los ojos...era como una penitencia, otra más.
-Estás muy callada...por lo que recuerdo hablas muchos, o lo hacías- susurras, a tus anchas en el pequeño asiento del autobús.
-Bueno, estoy todavía un poco dormida- me excuso.
-¿Puedo decirte una cosa?
-¿Desde cuando pides permiso?
-Te he echado de menos. Te echo de menos.
Me quedo atónita, ¿qué podría decir?...¿Por qué me haces esto?
-Por favor...
-No quiero volver a hacerte daño...lo siento...joder, escúchame, por favor- me abrasas con esa mirada, me enturbias la mente.
-No creo que tengas nada nuevo que decirme- duele decirlo, duele saber que el THE END está escrito ya.
-Ya sabes lo que siento, ya sabes que te...
-No, no sigas por favor, déjalo ya...
-Te quiero.
No puedo con esto, no puedo más. No quiero volver a caer en tu red...en tu red de control, de mentiras, de sueños, de promesas, de "te quiero".
-Tu no sabes lo que es eso- le contestó al fin.
-Sé que te quiero, sé que eres lo mejor que me ha pasado- no puedo mirarte a la cara, no quiero que veas mis lágrimas.
-Eres un cabrón- sorbo por la nariz y oculto mi rostro entre las manos...menos mal que la gente está a su bola- ¿Por qué me haces esto de nuevo?
-Te quiero.
