viernes, 25 de abril de 2014

La gran caída hacia la "nada".

La lluvia hace que la vida te de la sensación de que el tiempo no corre. Un invierno lleno de sonrisas tristes y sarcásticas, forzadas e inútiles carcajadas, que no son nada más que el reflejo de lo que le sucede a mi alma desde su encierro de carne.
He descubierto que es inútil luchar contra la lluvia y el viento, y por lo tanto el paraguas queda relegado colgado de algún tirador; y eso es lo que estoy haciendo con mi vida y sus cosas, dejarla a un lado, colgada, esperando a que el tiempo mejore. 
La vida es una lucha constante y cruel, donde no importa lo que hagas: como decían en Match Point, no se trata de tener virtudes si no de suerte. Y eso es precisamente lo que creo que no tengo: suerte. Nacida estrellada y morirá estrellada, susurran las voces de mi alrededor. 
La gran cuestión es si esta caída hacia los infiernos se dosificara hasta que el Ángel de la Muerte me visite, o si será una crisis tan acusada que un día me dolerá tanto el pecho que mi corazón dejará de latir y pueda al fin dormir sin sobresaltos.