¿Puedes romperte con un suspiro?
No lo sé, pero así me siento yo, como si un suspiro se fuera a llevar las cenizas que quedan de mí.
Me pregunto que diablos habré hecho para que todo me salga del revés, para que cada vez que estoy alcanzando lo que deseo se esfume, para cuando soy capaz de verme a mi misma venga una niebla densa y vulva a esconderme.
Estoy perdida. Perdida y asustada, porque no sé que puedo esperar de mi mañana.¿Tendré ganas de desaparecer, tendré ganas de llorar, de reír, de morir?
Sí, una vez más me encuentro así, no sé que me pasa, no que que quiero de la vida, no sé nada de nada y tampoco es que la vida me ayude a saber nada.
No buscaba volver a caer, no quería ni hablar el tema, ni deseo regresar a aquel tiempo. Pero todo me empuja a regresar y no quiero, joder, no quiero.
Y siempre, siempre vuelven a mí las mismas preguntas ¿Por qué yo?¿Por qué a mí?¿Por qué no soy como los demás?¿Por qué no puedo vivir como los demás?
Sí, sabes que llega un momento en que toda espera es eterna, en que ya no quieres esperar más, tu paciencia se ha agotado, y vas como un drogadicto buscando una pequeña dosis aquí y allá, te da igual si es un bálsamo asqueroso que sólo dura unas horas o unos instantes, te da igual si está bien o está mal. Todo vale para no seguir sangrando.
No, no quieres ser indiferente; no, no quieres ser invisible; no, no quieres ser así. Pero lo eres, eres indiferente, eres invisible, porque nadie te ve, nadie sabe como eres y nadie se preocupa por ti, como estás o como te ha ido. Te exigen, te gritan, lloran sobre ti...pero no te dan nada, no te dicen la verdad y sólo te quieren por le precio que cuelga de tu cuello.
¿Cuando llegará el día en el que yo sea yo?¿Cuando llegará la persona que me vea de verdad?¿Cuanto tiempo he de esperar para sentirme completa?
El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. El principio del fuego se refiere al movimiento y al cambio constante en el que se encuentra el mundo.
lunes, 16 de abril de 2012
viernes, 6 de abril de 2012
CHAPTER 2
La
vida es muy incierta. A veces cojes un camino y te das cuenta de que
te has equivocado, pero aún así, aunque tengas la
oportunidad de rectificar sigues adelante, por cabezota.
Te
encuentras con que ese camino no es tan bonito como te lo habías
imaginado, está lleno de baches. Más bien es un camino
de tierra, que cuando llueve se enloda y te hundes hasta las
rodillas; tiene muchos desniveles y no puedes ayudarte de un remolque
para acarrear tus cosas. No, tienes que cargar solamente tú
con ellas, y acabas hundido y cansado, con el peso del mundo sobre
los hombros.
Pero
todo eso da igual cuando a pesar de haberte equivocado de camino
encuentras una bifurcación que te lleva hasta la vía
general de la vida. Ella fue mi vía. Y así fue como
encontré mi camino.
Podía
haber elegido una profesión, después buscar una casa,
elegir una hipoteca, levantarme a las siete de la mañana,
llegar a las tres a comer, ver las noticias sentado en un sofá
que se hunde, ir al gimnasio para porder verle los culos a las
mujeres jóvenes...podía haber elegido el camino fácil.
Pero no, eso no iba conmigo.
Desde
hacia demasiado tiempo ya, las calles aunque suene a tópico,
eran más mi casa que aquellas cuatro paredes de escayola donde
dormía. Era lo que se decía una caja de zapatos vacía.
Todas
las mañanas salía de mi habitación con la cabeza
bien alta, jurándome que aquel sería un nuevo comienzo,
pero al entrar en aquellas angostas clases mis sueños, mis
miles de promesas nocturnas, mis ansias de más se esfumaban.
Pero
desde aquel día logré salir un poco de mi pozo
particular, ví esa luz al final del tunel, era tu sonrisa
tímida, la primera que me ofreciste y que nunca logré
olvidar.
Escribí
desde entonces con rabía cosas que llevaban enterradad en mi
memoria mucho tiempo, dejé cosas atrás que ya no quería
tener a mi lado, volví a soñar un trozo de mi vida,
grité por dentro cada vez que me rendía.
Nunca
supe que aunque me hubiera rendido mil y una veces más
lograría volver a ese lugar donde pude crecer, donde aprendí
a vivir conmigo mismo. Nunca comprendí que aunque ella no
hubiera aparecido toda mi vida hubiera cambiado igual porque era el
momento de hacerlo.
Tras
largos momentos de reflexiones todo cambio.
jueves, 5 de abril de 2012
¡Algo tan tribal!

En dos días, en una noche, en apenas 48 horas te das cuenta de lo bien que está tu vida. De lo bonito que es todo y de que en realidad no tienes nada para quejarte.
Tienes lo que siempre has querido:
un fuego ante ti, un poco de alegría en tus venas, una luna que se oculta entre las nubes, un mar que susurra ante ti y unos compañeros a tu lado.Y haces un juramento, en tu interior, y lo susurras cuando te vas a dormir y cuando te levantas por la mañana descubres que nada ha sido un sueño.
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